Reuma: ¿qué es? síntomas y tratamiento

Probablemente sea el reuma una de las enfermedades de las que más se habla, por parte del grueso de la población, sin un completo conocimiento. Por eso es conveniente aclarar muchos conceptos sobre esta dolencia que deben ser aclarados. Para comenzar, el reuma no es una enfermedad, sino un conjunto de dolencias llamadas enfermedades reumáticas. Se caracterizan por un dolor articular y que afecta al aparato locomotor.

La manera en la que estas enfermedades se diagnostican es mediante un completo interrogatorio por parte de los facultativos. Las cuestiones determinan desde el grado de alcance de la enfermedad hasta el posible tratamiento que es más apropiado según el paciente. Es necesario saber que las enfermedades reumáticas afectan a personas de cualquier dad, pero tienen una incidencia mayor en aquellas que ya se encuentran en edad adulta.

Los síntomas de las enfermedades reumáticas

 

El reuma tiene una manifestación muy típica a base de dolor, pudiendo ser crónico o identificarse a medida que realizamos alguna actividad. Es muy típico que personas mayores manifiestan dolor al realizar algunas acciones, ya puede ser al agacharse, asir un objeto o realizar tareas muy concreta, como tocar un instrumento musical o coser. La sensación de pesadez, la hinchazón o la tumefacción son también síntomas muy típicos de reuma. También es muy típica la sensación de estar siempre cansado, ya que las personas que sufren reuma severo manifiestan levantarse de la cama en peor estado que cuando se acostaron.

El reuma puede decirse que no es una enfermedad que tenga cura. Puede llegar a incapacitar en algunas acciones, pero nadie muere de una enfermedad reumática. Sin embargo, no conviene dejar pasar por alto las manifestaciones, ya que, afortunadamente, existen una serie de recomendaciones y tratamiento destinados a mejorar la calidad de vida de las personas reumáticas. La inacción no sirve de nada en el caso del reuma, por lo que. No hacer nada no es una forma válida de tratar la enfermedad.

El adecuado diagnóstico del reuma siempre se produce en la comunicación con el paciente. Además, técnicas como la resonancia magnética, la radiografía o un TAC determinan finalmente el tipo de enfermedad ante la que nos encontramos. Las personas que sufren estas dolencias necesitan tener un diagnóstico con nombre y apellidos.

Dentro de las enfermedades reumáticas podemos encontrarnos como la condrocalcinosis, enfermedad de Behçet, la artritis psoriásica, la reumática y la reactiva o la artrosis o el lupus. Cada una con una serie de características diferentes, pero todas con el común denominador del dolor como eje principal. La calidad de vida de un paciente afectado con alguna enfermedad reumática se ve muy comprometida, pudiendo suponer una merma en el desarrollo de sus actividades diarias si no se toma el tratamiento adecuado.

Tratamiento del reuma

 

Desgraciadamente no existe una terapia totalmente efectiva y que consiga acabar con al reuma. Pero sí puede abordarse de tres formas diferentes y que se complementan entre sí.

La primera es la aplicación de analgésicos cuando el dolor traspasa la barrera de lo tolerable. Un paciente de reuma no tiene por qué vivir de manera continua dolorido.

La segunda es la administración de corticoides destinados a reducir la inflamación. Si bien estos medicamentos pueden tener unos efectos secundarios, siempre ha de valorarse sus pros y contras para conseguir mitigar la hinchazón sin comprometer la salud. 

Por último, la fisioterapia puede ser una de las medidas más efectivas para conseguir una reparación manual de aquellas zonas más doloridas. Una correcta terapia de ejercicios ayuda siempre a a que afrontemos el reuma de otra manera.

Todas estas maneras de abordar el reuma pueden mejorar la calidad de vida del paciente y convertir un dolor crónico en una molestia con la que se convive de manera adecuada. Las enfermedades reumáticas pasan a convivir diariamente con el enfermo sin causar más problema, pero siempre están ahí.

Por tanto, abordar el reuma como una dolencia a largo plazo y sabiendo que el objetivo es el de tener una buena calidad de vida ayudará a que nuestra convivencia con el reuma sea más llevadera. Si se consigue que sea un acompañante y que no empañe nuestras actividades, habremos conseguido que el reuma no tome un papel predominante en nuestra vida.